Una boda de cuento de hadas que organizamos mano a mano con Priscila Llorens como wedding planner.
Todo comenzó en el mágico jardín botánico Marimurtra, ubicado en Blanes, en la Costa Brava. En este entorno mágico, organizaron la ceremonia, en el Templete de Linné, un monumento románico elevado en la cima del mar mediterráneo. Para decorar esta escena romántica y natural, elegimos usar arreglos florales elegantes y en tonos
neutros, jugando con flores blancas y algunos verdes complementarios. Nuestro objetivo principal no era romper el encanto del espacio sino integrar nuestra decoración creando un ambiente armonioso con el entorno.
Un camino de pétalos blancos acompañó a Mireia, la novia, al altar. Las sillas de la ceremonia fueron decoradas con sencillo ramillete de Paniculata con un encaje de tela de saco natural. Y también decoramos el altar con un centro de flores de temporada verde y blanco.
Después de una ceremonia idílica, la historia continuó con un increíble banquete y fiesta en el castillo de Santa Florentina, en Canet de Mar. El castillo fue reconstruido sobre una Domus románica, que más tarde se convirtió en un castillo medieval y que el famoso arquitecto modernista Lluís Domenech i Montaner restauró en el siglo XIX.
Un lugar tan emblemático y con tanto carácter, que mezcla un estilo romántico y medieval, requería una decoración muy delicada para conseguir el ambiente cálido y elegante que buscaba la pareja.
Decoramos la escalera con un camino de eucalipto acompañado de hortensias blancas y Paniculata, además de cálidas velas que iluminaron el camino desde el aperitivo hasta el salón principal. Las columnas de la galería estaban decoradas con guirnaldas de boj en forma de espiral, también con Paniculata y claveles blancos, creando una escena muy romántica.
En el aperitivo colocamos unos elegantes jarrones de cristal con Claveles bicolor en tono blanco y vino. En este espacio es donde incorporamos el color, que posteriormente en el banquete se repetirá. También llenamos los aseos con grandes plantas colgantes y libros antiguos, y las hortensias blancas estaban presentes en cada rincón.
Los libros antiguos que mencionamos tenían una razón de ser, ya que la pareja tenía un profundo vínculo personal con la literatura. Los libros y el papel se convirtieron en una parte importante de la narración de la boda. El ramo de Mireia estaba hecho en flores de papel y los libros antiguos estaban presentes en muchos detalles de decoración y, por supuesto, formaban parte de la decoración complementaria de los centros de mesa.
La cena se distribuyó en mesas redondas y una mesa semicircular para Mireia y Roberto. Dado que los techos del salón son muy alto, optamos por centros de mesa altos en colores blanco y vino, con algunas rosas rosadas para ayudar en la transición del color claro al oscuro. La pieza central principal era un candelabro dorado vintage, a la que además de las flores le agregamos algunas velas colgantes para crear una atmósfera más cálida.
La mesa presidencial con forma semicircular, nos permitió crear una pieza central diferente, con los mismos tonos de flor y materiales utilizados, pero en una versión baja para ayudar a las parejas a ver y enfatizar su ubicación en el salón.
Una boda muy exclusiva, con poquitos asistentes y que se convirtió en una noche mágica y memorable para la pareja y todos sus invitados
Espacio: Marimurtra y Castell de Santa Florentina
Wedding planner: Priscila Llorens
Cátering: Jubany
Material: Options
Fotógrafo: Juanlu Rojano
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